Había en su rostro tanta ansiedad
que tuve pena de recordarle
su felonía y su crueldad
Me dijo humilde: "si me perdonas
el tiempo viejo otra vez vendrá
la primavera de nuestras vidas
verás que todo nos sonreirá"
Mentira mentira, yo quize decirle
las horas que pasan ya no vuelven más
Y así mi cariño va al tuyo enlazado
es sólo un fastasma del viejo pasado
que ya no se puede resucitar
Callé mi amargura y tuve piedad
sus ojos azules muy grandes se abrieron
mi pena inaudita pronto comprendieron
y con una mueca de mujer vencida
me dijo 'es la vida', y no la ví más
Volvió esa noche, nunca la olvido
con la mirada triste y sin luz
y tuve miedo de aquel espectro
que fue locura en mi juventud
Se fue en silencio, sin un reproche
busqué un espejo y me quise mirar
había en mi frente tantos inviernos
que también ella tuvo piedad.
Una regresión siempre es de lo más cruel y triste, hemos, o yo al menos, he de seguir siempre hacia adelante, en el contrato, llámalo si quieres así, entre lo individual y lo colectivo, en esa entente de digerir la incompletud está nuestro sinsentido, o nuestro deseo, hemos de descargar el sentido.
ResponderEliminarVicent